Punto de encuentro

En un tiempo donde no abundan los soñadores, ni tampoco los locos cuerdos que quieran desfacer entuertos en nuestro mundo, Punto de Encuentro, quiere ser una instancia de diálogo para ayudar en la construcción de una sociedad más humana. Recordando al Quijote, ojalá hayan más que tomen su lanza y escudo para recuperar nuestra capacidad de soñar y de tomar el riesgo de la aventura.

miércoles, noviembre 29, 2006

La Feria del Libro de Guadalajara rinde homenaje a Francisco Ayala




Los escritores José Saramago, Luis García Montero, José Emilio Pacheco (Premio Lorca en 2005) y Carlos Castilla del Pino coincidieron en señalar que Francisco Ayala, que este año ha cumplido cien años, es un referente estilístico y moral, en un homenaje en la Feria del Libro de Guadalajara (FIL).

El poeta granadino Luis García Montero, gran conocedor de la obra de Ayala, dijo del veterano intelectual que «ha sido un ejemplo de tolerancia y un claro enemigo del dogmatismo», y «un escritor de talla máxima y un referente moral».En este homenaje también intervino Carolyn Richmond, esposa de Ayala y una de las principales estudiosas de su obra. Richmond, al tomar la palabra, aclaró que ella, en el homenaje, tenía «un papel doble; porque es mi marido, al mismo tiempo que uno de mis temas favoritos de crítica literaria».

Carolyn Richmond aseguró de Francisco Ayala (Granada, 1906) que a lo largo de su vida ha estado resucitándose, como persona y como escritor, «ya que sus textos son siempre nuevos», si bien con estas palabras aludía igualmente a su azarosa vida, a su vivencia de la Guerra Civil, a su exilio y a los periodos que vivió en Buenos Aires, Puerto Rico y Estados Unidos. El exilio fue para Ayala como un encantamiento, aseguró Richmond, del que saldrá ahora que sus compatriotas están empezando a leer sus obras.T

ambién el Nobel portugués José Saramago señaló que «el tiempo, el lugar y las circunstancias se persiguieron siempre en la vida de Ayala», porque esos tres conceptos nunca le coincidieron adecuadamente, y por eso «las consecuencias del exilio son fundamentales en su obra». Saramago afirmó que no hay «ex exiliados» porque el exilio, sobre todo si ha sido largo, como en el caso de Ayala, marca para siempre, y aventuró, en consonancia con lo dicho por Richmond, «que el futuro de su obra, que ahora se valora en España como nunca antes, será mejor que su pasado e incluso su presente».