Armand Mattelart en la Feria Internacional del Libro de Cuba
Más de 110 expositores de 30 países se presentaron en la Feria de Internacional de Cuba, que finalizó el pasado 5 de marzo.
Participaron escritores de Siria, Egipto, Bélgica y Chile , destacándose entre las personalidades asistentes, Joaquín Sabina, James Petras y Armand Mattelart
Armand Mattelart es un importante investigador de la comunicación y los procesos sociales. Es profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación en la Universidad París VIII e investigador de la Maison des Sciences de l¿Homme París-Nord.
Según su opinión, ningún estudioso puede aislarse a elaborar reflexiones teóricas, desligado del mundo a su alrededor. Tiene importantes vínculos con América Latina. Ha explorado con agudeza y profundidad los medios de comunicación desde un libro que adquirió ya ribetes de mito, Para leer al Pato Donald, escrito en colaboración con el chileno Ariel Dorfman, y en su momento censurado en Estados Unidos. Sus reflexiones sobre el actual paisaje mediático y la maquinaria de manipulación y adulteración puesta en marcha por Estados Unidos para imponer un modelo único, en lo político, social y cultural, han sido uno de sus más recurrentes temas. Habla también sobre las alternativas que empiezan a emerger en el mundo.Algunas de las declaraciones que ha realizado durante estos días, a diversos medios de comunicación, han sido:Sobre la diversidad cultural: La idea misma de la diversidad cultural oculta realidades y posiciones contradictorias. Globalmente hay dos maneras de definirla. Una que corresponde a la lucha emprendida dentro de la UNESCO, culminada en el Convenio sobre la protección de las expresiones culturales y artísticas, que finalmente arraiga en la promoción de la creatividad de los individuos y los pueblos. Se trata de un concepto relacionado con la necesidad de implantar, por los gobiernos y los Estados, políticas culturales y de comunicación. Una política pública que se vincule con la preservación y promoción de la vida civil y, parejo a ella, la creatividad cultural. Es el criterio que prevaleció cuando se aprobó la Convención sobre la Diversidad en octubre del año pasado. Por otro lado, subsiste una noción de diversidad cultural asumida como diversificación de los productos en el mercado, que se opone a la anterior, a la fomentada y preservada mediante políticas públicas de los gobiernos y la comunidad internacional. Las industrias culturales, las transnacionales de la cultura, se oponen casi sistemáticamente a esto. Ellas han introducido los productos del intelecto en el corazón de las negociaciones. La demanda social, la participación civil, queda excluida, se abstrae.Sobre la credibilidad de los medios de comunicación norteamericanos: La invasión a Iraq mermó la credibilidad de los medios norteamericanos. Hay un primer factor: a raíz de esa invasión, han ido apareciendo alternativas de interpretación de la realidad. Basta mirar el surgimiento de las cadenas satelitales árabes, Alyazeera y otras. Uno puede tener ya juicios distintos sobre lo que esa invasión representa, es otra manera de ver las cosas. El segundo factor que ha restado credibilidad a los medios globales es que no hubo consenso en el mundo globalizado sobre la guerra contra Iraq. Estas diferencias demuestran que, a raíz de Iraq, el paisaje mediático cambió en comparación con los 10 o 15 años anteriores. Un tercer elemento es que, en la fase previa a la guerra, hubo una manipulación de la idea de que había que intervenir para impedir a Saddam Hussein utilizar armas de destrucción masiva. Hubo tal peso de la propaganda en torno a la idea de la legitimidad de la intervención, que se desplomó la credibilidad de muchos medios.Sobre los medios de comunicación alternativos: Hoy en día no solo existe el problema de apropiación de los medios antiguos y nuevos por parte de la sociedad civil, sino también, en todos los debates internacionales, el de la democratización de la gestión. Cada vez marchamos más hacia sociedades orientadas al conocimiento, el saber; pero el riesgo es que esos conocimientos sean monopolizados por grupos tiránicos, lo cual entra en contradicción con la idea misma de una sociedad del saber.Sobre el papel del libro en la actual sociedad mediática: El papel del libro es esencial. Lo que me preocupa es que Internet ha traído aparejada la idea de la espontaneidad en torno a la apropiación del saber. El libro tiene otra temporalidad. Además requiere y estimula la reflexión.
Fuente: Portal Iberoamericano de Gestión Cultural
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