Punto de encuentro

En un tiempo donde no abundan los soñadores, ni tampoco los locos cuerdos que quieran desfacer entuertos en nuestro mundo, Punto de Encuentro, quiere ser una instancia de diálogo para ayudar en la construcción de una sociedad más humana. Recordando al Quijote, ojalá hayan más que tomen su lanza y escudo para recuperar nuestra capacidad de soñar y de tomar el riesgo de la aventura.

sábado, marzo 04, 2006

CHARANGO (III) EL CHARANGO DEBE HERMANARNOS


Para terminar con este tema voy a transcribir la editorial de el diario SIETE de Santiago, Chile, por considerarla de interés y compartir lo expresado en ella (no tiene página web)

EL CHARANGO DEBE HERMANARNOS

No había motivos para un acto de aprecio y reconocimiento, como fue el regalo de un charango por parte del Presidente Lagos al cantante irlandés Bono el día que visitó La Moneda, despertara suspicacias en Bolivia. Por desgracia, así ocurrió, al punto de que el viceministro de Cultura, Edgar Arandia, enviara un mensaje al artista para aclarar que el instrumento es de origen boliviano.
En realidad jamás ha habido intención por estos lados de mostrar ese u otros instrumentos como propios o exclusivos de Chile. Aunque se acepte la idea de que el charango tiene nacionalidad, las fronteras políticas no alcanzan a dar cuenta de los complejos fenómenos culturales. Como sabemos, la tradición aimara se superpone a los límites nacionales. El charango, la quena, la zampoña y otros instrumentos de la cultura andina se encuentran en Bolivia como en Perú, en Chile como en Argentina. Precisamente argentino es Jaime Torres, probablemente el interprete más eximio de este maravilloso instrumento construido originalmente con la caparazón del quirquincho.
Ciertas danzas y trajes del norte chileno no pueden ser sino ser semejantes a las danzas y trajes de nuestros vecinos en esa rica área en que se confunden los afluentes raciales y culturales. ¿Vamos a descubrir ahora que somos pueblos emparentados por la sangre y la historia? Por cierto que no. Por eso es que, por ejemplo, el ritmo que llamamos trote se parece tanto al huayco boliviano y por eso también es que los chilenos sentimos tan cercanos la música de Bolivia, de Perú o de Argentina.
Nuestra gran Violeta Parra tocaba el charango, y por cierto que eso no constituía un acto de despojo de lo que pertenecía a otro pueblo, sino una demostración de amor hacia las raíces compartidas. También tocaba guitarra, que sentimos como propia todos los pueblos latinoamericanos, sin que ello implique desconocer que la trajeron los españoles. ¿Y qué pasa con el arpa y el piano, instrumentos absolutamente europeos, que los chilenos identificamos con el sonido de nuestras cuecas más vibrantes? Está claro que la cultura es un río.
Los latinoamericanos somos pueblos mestizos y, como es lógico, nuestras culturas también lo son. Las mezclas han dado preciosos frutos. No hace falta disputar por el patrimonio, sino disponerse a compartirlo.
Chilenos y bolivianos debemos acercarnos más, dejar atrás las desconfianzas, favorecer el intercambio y la integración. O sea, construir juntos. Ese es el camino que conviene al progreso de nuestras naciones.
Chile ha descubierto en estos años las riquísimas posibilidades que le han abierto la cooperación cultural con México, de lo cual es una esplendorosa muestra la exposición inaugural del Centro Cultural Palacio de La Moneda. Lo mismo debería ocurrir con las demás naciones latinoamericanas.
En los próximos días llegará a Santiago el Presidente de Bolivia, Evo Morales, quien asistirá a la ceremonia de transmisión del mando. Su visita tiene tiene un gran valor, como la tuvo también la del Presidente Lagos a La Paz, con ocasión de la toma de posesión del gobernante boliviano, pues ambas son demostraciones de buena vecindad. Será una ocasión propicia para reafirmar la voluntad de entenderse y colaborar en todos los campos. Debemos buscar, sin desafinaciones, una mayor armonía entre Chile y Bolivia