IGLESIAS DE CHILOÉ
El Año 2001, 16 Iglesias de madera del archipiélago de Chiloé pasaron a formar parte de la Lista de Patrimonio Mundial, no sólo por el gran valor arquitectónico, sino también por la cultura viva asociadas a ellas.
Es bueno recordar que el Archipiélago de Chiloé, habitado por huilliches y chonos, fue colonizado tempranamente por los españoles, que se asentaron en el lugar a mediados del siglo XVI.
Por la misma fecha llegaron los primeros religiosos que se abocaron a la tarea de evangelizar a la población; eran ellos franciscanos y mercedarios.
Sin embargo, serán los jesuitas, llegados en 1608, quienes organizarán el sistema de evangelización que dio su sello característico a esta zona, sistema que será continuado por los franciscanos después de la expulsión de la Compañía en 1767.
El medio chilote ofreció especiales condicionantes a la conquista, colonización y evangelización: excepcional aislamiento, dispersión de la población indígena, comunicación natural por mar, pobreza relativa de recursos, gran riqueza maderera.
Los jesuitas aplicaron en la evangelización del área el sistema de la misión circulante: grupos de religiosos hacían recorridos anuales por el archipiélago, permaneciendo durante un par de días en determinados puntos, donde se establecieron capillas; el resto del año un laico especialmente preparado atendía espiritualmente a los habitantes de las inmediaciones.
Estas capillas tienen la peculiaridad de haber sido construidas por la comunidad de fieles. Los lugareños aportaban su trabajo o bien materiales de construcción, y procedían a edificar las capillas en conjunto con los misioneros.
Es así como las Iglesias chilotas, así como la cultura del archipiélago, son resultado de un rico diálogo intercultural, y de un profundo mestizaje.
Fuente: Consejo de Monumentos Nacionales de Chile
Continuará
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