Del Blog más frío del mundo: Comienzan los mareos
22 de enero de 2007.- Hoy ha amanecido gris y nublado. Durante la noche el mar de fondo se ha acentuado hasta convertirse en fuerte marejada y el cabeceo del barco ha aumentado más que significativamente.
La consecuencia más inmediata ..... que a la hora del almuerzo el número de comensales ha disminuido drásticamente y muchos de los presentes no tienen precisamente muy buena cara. Algunos, murmurando una excusa apresurada, se han levantado precipitadamente y no han vuelto a aparecer mientras que otros no se han atrevido a tocar el plato. Es una lástima, porque la ensaladilla estaba realmente buena y lo mismo se puede decir de la carne a la plancha y las brochetas que nos han servido.
El día transcurre lentamente, pues hay poco que hacer. La temperatura fuera es de 1ºC y tampoco hemos visto muchos pájaros que justifiquen el estar fuera. Entre ayer y hoy tan solo algunos petreles y albatros planeando cerca del agua y atravesando la estela del barco.
El día pasa entre charlas, lecturas, intercambio de fotos y algún que otro email entre los que aún estamos vivos.
Por la tarde el barco parece un buque fantasma, pues apenas hay gente en el comedor de los científicos y cuando subo al puente tampoco. Sólo está la dotación de guardia. Sin embargo, en el puente se está mucho mejor que en el sollado, pues el cabeceo se nota menos y frente a nosotros se ve la inmensidad del mar por todas partes. Con el día nublado el mar presenta un color gris intenso y con la marejada la proa a veces se hunde y emerge entre la espuma. El balanceo es casi hipnótico y te deja amodorrado, pero es una sensación muy agradable.
Son las nueve de la noche y acabamos de cruzar el paralelo 60. Ya estamos en aguas antárticas. El plan previsto es que lleguemos a las Islas Shetland del Sur mañana por la mañana. Recalaremos en la base argentina de Jubany, en la isla Rey Jorge, donde tenemos que recoger a dos científicos que van a realizar tomas de muestras en un estudio sobre pingüinos a lo largo de la Península Antártica, y por la noche probablemente fondearemos frente a la Base Antártica Española Juan Carlos I, situada en la Isla Livingston. Pero eso será mañana.
Hasta entonces, un abrazo antártico.
Juan Carlos
La consecuencia más inmediata ..... que a la hora del almuerzo el número de comensales ha disminuido drásticamente y muchos de los presentes no tienen precisamente muy buena cara. Algunos, murmurando una excusa apresurada, se han levantado precipitadamente y no han vuelto a aparecer mientras que otros no se han atrevido a tocar el plato. Es una lástima, porque la ensaladilla estaba realmente buena y lo mismo se puede decir de la carne a la plancha y las brochetas que nos han servido.
El día transcurre lentamente, pues hay poco que hacer. La temperatura fuera es de 1ºC y tampoco hemos visto muchos pájaros que justifiquen el estar fuera. Entre ayer y hoy tan solo algunos petreles y albatros planeando cerca del agua y atravesando la estela del barco.
El día pasa entre charlas, lecturas, intercambio de fotos y algún que otro email entre los que aún estamos vivos.
Por la tarde el barco parece un buque fantasma, pues apenas hay gente en el comedor de los científicos y cuando subo al puente tampoco. Sólo está la dotación de guardia. Sin embargo, en el puente se está mucho mejor que en el sollado, pues el cabeceo se nota menos y frente a nosotros se ve la inmensidad del mar por todas partes. Con el día nublado el mar presenta un color gris intenso y con la marejada la proa a veces se hunde y emerge entre la espuma. El balanceo es casi hipnótico y te deja amodorrado, pero es una sensación muy agradable.
Son las nueve de la noche y acabamos de cruzar el paralelo 60. Ya estamos en aguas antárticas. El plan previsto es que lleguemos a las Islas Shetland del Sur mañana por la mañana. Recalaremos en la base argentina de Jubany, en la isla Rey Jorge, donde tenemos que recoger a dos científicos que van a realizar tomas de muestras en un estudio sobre pingüinos a lo largo de la Península Antártica, y por la noche probablemente fondearemos frente a la Base Antártica Española Juan Carlos I, situada en la Isla Livingston. Pero eso será mañana.
Hasta entonces, un abrazo antártico.
Juan Carlos
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