Punto de encuentro

En un tiempo donde no abundan los soñadores, ni tampoco los locos cuerdos que quieran desfacer entuertos en nuestro mundo, Punto de Encuentro, quiere ser una instancia de diálogo para ayudar en la construcción de una sociedad más humana. Recordando al Quijote, ojalá hayan más que tomen su lanza y escudo para recuperar nuestra capacidad de soñar y de tomar el riesgo de la aventura.

jueves, julio 13, 2006

Patrimonio de la Humanidad: Arte rupestre en Kondoa


8. Los sitios de Arte Rupestre de Kondoa (Tanzania).

Este sitio de 2.336 km2 que se extiende por las pendientes orientales de la escarpadura de la región de los masai, colindante con el Gran Valle del Rift, contiene un espectacular conjunto de imágenes pintadas a lo largo de unos dos milenios. Muchas de esas pinturas poseen un valor artístico elevado y constituyen un testimonio excepcional no sólo de la transición de sociedades humanas basadas en la caza y la recolección a otras fundadas en la agricultura y el pastoreo, sino también de las creencias e ideas de las comunidades que las ejecutaron. Aunque todavía no se conoce con exactitud el número de lugares de la región de Kondoa con muestras de arte rupestre, se estima que hay entre unos 150 y 450 refugios rocosos, grutas y salientes inclinados de farallones con decoraciones. Todos estos lugares están emplazados en las cumbres de las colinas, allí donde las pendientes orientales de la escarpadura son más pronunciadas. En esta región abundan las formaciones geológicas grandiosas y fracturadas que, gracias a sus cavidades, proporcionan a las pinturas el amparo necesario. El sitio posee pinturas de color rojo –cuya antigüedad se remonta a más de 1.500 años, según algunas estimaciones– y otras de color blanco y negro pertenecientes a épocas posteriores. Las dataciones con radiocarbono de los vestigios de carbón vegetal desenterrado indican que los primeros pueblos de pastores se instalaron en la región unos 1.500 años atrás. Algunos investigadores han sostenido que este arte rupestre es obra de los antepasados de las etnias sandawe y hadza, cuyas tradiciones milenarias perduran en nuestros días. Las excavaciones arqueológicas han permitido encontrar materiales que se remontan a las fases intermedia y postrera de la Edad de Piedra y a la Edad del Hierro. Algunos de los esos lugares siguen estando vinculados a tradiciones vivaces sólidamente arraigadas. Por ejemplo, la etnia de los irangi se sirve de los refugios para la práctica de ritos de iniciación, rogativas para atraer la lluvia y ceremonias adivinatorias. Por su parte, las etnias hadza y sandawe, que también pueblan esta región, consideran que algunos de esos lugares tienen un carácter sagrado.