LA CARIDAD COMIENZA DONDE TERMINA LA JUSTICIA
Esta mañana, asistí a una conferencia en USEC (Unión Social de Empresarios Cristianos) sobre "El camino del empresario según el Padre Hurtado, donde participaron como expositores José Said Saffie., Presidente del BBVA Chile y Alberto Etchegaray A, Past-presidente y Vicepresidente de la Funfación para la superación de la pobreza de Chile y Director de la Fundación Trabajo para un hermano.
Hay mucho que rescatar de lo escuchado, pero hoy quiero dejarles con lo dicho por el Padre Alberto Hurtado, en su libro Humanismo Social, al que hizo mención Alberto Etchegaray, y que se refiere a "La práctica de la Justicia"
La justicia es una virtud difícil, muy difícil cuya práctica exige una gran dosis de rectitud y de humildad. hay mucha gente que está dispuesta a hacer obras de caridad, a fundar un colegio, un club para sus obreros, a darle limosna en sus apuros, pero que no puede resignarse a lo único que debe hacer, esto es, a pagar a sus obreros un salario bueno y suficiente para vivir como personas. Hay quienes gozan con abrumar con su bondad a sus inferiores, pero les niegan la más elemental justicia. Y luego se asombran que sus empleados no aprecien todo lo que su bondadoso patrón hace por ellos, que a pesar de todos sus esfuerzos sean ingratos y descontentadizos.
Aunque parezca paradójico, es más fácil ser benévolo que justo, pero benevolencia sin justicia, no salvará el abismo entre el patrón y el obrero, entre el profesor y el alumno, entre marido y mujer. Esa benevolencia fundada sobre una injusticia fomentará un profundo resentimiento
Más adelante, dice: "Muchas obras de caridad puede ostentar nuestra sociedad, pero todo ese inmenso esfuerzo de generosidad, muy de alabar, no logra reparar los estragos de la injusticia. La injusticia causa enormemente más males que los que puede reparar la caridad.
Que los encantos de la caridad no nos lleven a despreciar a esta hermana humilde y sencilla, la justicia.
Mucha verdad encierran estas palabras escritas por el Padre Hurtado, que fueron publicados hace ya 58 años. Es indudable que las personas que tuvieron la posibilidad de conocerlo, escucharlo y/o trabajar con él, no quedaron indiferentes ante esa realidad que vivía nuestro país y han ido aportando desde esa fecha hasta ahora, junto con otros más, que se han unido para llevar a la práctica el mensaje del padre Hurtado.
El mundo ha cambiado, ha disminuido la pobreza en nuestro país, pero, es necesario recordar que hoy existen grandes diferencias con relación a la distribución de los ingresos, lo cual nos invita a asumir nuestra responsabilidad individual y colectiva, comprometiéndonos, por un lado, a revisar nuestras acciones y, por otro, a realizar acciones que contribuyan realmente a lograr una sociedad más justa.
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