Sabor hispano en la Isla Decepción
9 de enero de 2007.-
Estamos a nueve de enero, y no puedo dejar de recordar los fantásticos días que hemos pasado en la Isla Decepción, en la base española 'Gabriel de Castilla'. Llegamos allí el día 3 a mediodía, y el recibimiento no pudo ser más caluroso.
Todos los de la base se volcaron con nosotros, y nos invitaron a unos aperitivos que todavía estamos saboreando: jamoncito, chorizo, queso... y todo ello regado con un buen vino español.
Como hacía días que no probábamos. La comida tampoco estuvo mal: unos espaguetis improvisados, por eso de que éramos ciento y la madre y llegamos un poco antes de tiempo, pero nos supieron a gloria. La cena fue cosa nuestra: yo mismo me encargué de preparar unas migas castellanas.
Pero lo mejor, sin duda, vino por la noche. Los compañeros de la base Gabriel de Castilla nos invitaron a pasar la noche compañeros de la Base Gabriel de Castilla, lo que supuso no sólo que, por primera vez en días, durmiéramos sin sentir el traqueteo de las olas, sino algo mucho más mundano y satisfactorio: una ducha. La primera en 20 días.
A la mañana siguiente, tras una videoconferencia con el astronauta Miguel López Alegría, conectando la Antártida y la Estación Espacial Internacional, intentamos ir a saludar a los compañeros españoles que están en la Isla Livingston, en la base Juan Carlos I, aunque las malas condiciones del mar nos impidieron ir hasta allí. De hecho, hasta el día de Reyes por la mañana no pudimos salir de aquí, puesto que nuestros compañeros de la base 'Gabriel de Castilla' nos han convencido de no embarcarnos hasta que el mar estuviera en calma.
Los regalos de Reyes que teníamos preparados para nuestros amigos viajarán hasta la Isla Livingston a bordo del Buque Las Palmas, que ha traído a los miembros de la expedición antártica española hasta aquí.
Ahora, mientras volvemos a sufrir los vaivenes del barco, no tengo más que palabras de agradecimiento para todos los que están pasando estos meses allí, en las dos bases españolas, y el comandante Rafael Ayora, que se han desvivido por hacernos sentir como en casa. Además, tengo que decir que de las bases que hemos visitado, las nuestras son sin duda las mejor equipadas y las que están llevando a cabo mejores experimentos científicos. Brindemos por la investigación patria, que aquí en tierras tan frías está dejando huella.
Me despido hasta la próxima ahora que el mar está en calma y navegamos rumbo al Cabo de Hornos, donde llegaremos dentro de día y medio aproximadamente, si seguimos contando con estos vientos favorables que nos permiten desplazarnos a unos seis nudos por hora.
Saludos polares
De El Blog más frío del mundo
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